El origen de esta celebración se cree que viene de las fiestas paganas, aunque también está ligado muy estrechamente al cristianismo. Tiene lugar justo antes de la Cuaresma. Se celebra en todo el mundo aunque de manera muy diferente en cada sitio. Lo importante es disfrazarse, pasar desapercibido (o no) y que no te reconozcan. Casi todo está permitido, y un claro ejemplo es Sitges, donde además, dicha celebración, adquiere un toque picante. Barcelona, quince de Febrero de dos mil diez.
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